El Consejo Internacional de Enfermeras (CIE) ha participado en el 5º Foro Mundial sobre Recursos Humanos para la Salud de la Organización Mundial de la Salud (OMS) esta semana donde ha realizado una serie de intervenciones sobre los desafíos a los que se enfrenta el personal sanitario. La Presidenta Pamela Cipriano, la Vicepresidenta Segunda Karen Bjoro y el Director General del CIE Howard Catton han participado activamente en diferentes sesiones a lo largo de sus cuatro días de duración sobre un amplio abanico de temas. La Dra. Cipriano ha liderado una sesión sobre la respuesta del personal sanitario durante la COVID-19 dirigida a tratar repercusiones, retos y oportunidades.
En una de las sesiones de clausura, el Sr. Catton ha sido invitado a participar en una mesa redonda de 40 líderes, en particular ministros y directores de instituciones financieras y organizaciones de trabajadores sanitarios, enfocada a defender las inversiones en el personal sanitario. Reconociendo que ahora es esencial invertir en el sistema de salud tras la COVID, al Sr. Catton se le ha pedido que explicara la importancia de invertir y fortalecer los sistemas de salud desde la perspectiva de la enfermería. Véase el recuadro con sus comentarios.
El Sr. Catton ha afirmado ser optimista para encontrar soluciones a la agenda de salud global, en particular el envejecimiento de la población, enfermedades no transmisibles, promoción de la salud y prevención, porque se trata de problemas que las enfermeras pueden tratar y de hecho tratan en su día a día.
“A día de hoy, hay más de 28 millones de enfermeras trabajando en todo el mundo tanto en estos temas como diseñando soluciones y nuevos planteamientos y modelos de cuidados y práctica avanzada y especializada que están marcando la diferencia en la vida de las personas. El problema es que no estamos integrando y alineando estos enfoques innovadores liderados por enfermeras para que formen parte de la corriente general de los sistemas sanitarios.
Sabemos que no se están formando suficientes enfermeras en todo el mundo, pero también tenemos que financiar cursos de enfermería avanzada de posgrado para apoyarlas en el desarrollo de sus funciones de manera que tengan estructuras de carrera atractivas que generen la cantera de enfermeras especialistas necesaria para contribuir al abordaje de los retos de salud a los que se enfrenta el mundo. Tenemos que alinear la planificación y el desarrollo de las figuras y la formación de enfermería con la forma de financiar los modelos de práctica para sacarle todo el partido a la profesión”.
El Sr. Catton ha hablado sobre la necesidad de que todos los países se planteen el objetivo de ser autosuficientes en cuanto a la producción del número adecuado de enfermeras que necesitan para satisfacer las necesidades de sus poblaciones. Ha comentado la “amarga ironía” de que los países que más enfermeras migrantes internacionales contratan son los mismos cuyos sistemas educativos se encuentran entre los mejores del mundo para la salud. Ha preguntado por qué estos países no pueden juntarse con el objetivo de proporcionar suficientes enfermeras para cubrir las necesidades del mundo.
“Los beneficios mutuos que escuchamos en relación con la migración de enfermeras son difíciles de determinar: un programa en el que los ‘países donantes’ se beneficiaran de que sus enfermeras recibieran formación en los sistemas educativos de los principales países contratantes sería un ejemplo real y tangible de los beneficios mutuos de los que oímos hablar”.
El Sr. Catton ha afirmado que una de las razones por las que la formación y la capacitación de las enfermeras no está alineada con las necesidades de los países es que no hay suficientes enfermeras en puestos clave desde los que influenciar la formulación de políticas sanitarias a nivel nacional.
“No es solo que muchos países no tengan una enfermera jefe a nivel gubernamental, sino que se trata de tener numerosas enfermeras líderes en puestos clave a todos los niveles en las organizaciones del ámbito de la salud. Si no están ahí, quienes formulan las políticas no van a escuchar la evidencia de enfermería ni a recibir asesoramiento de la profesión que podría ser crucial para alinear los servicios con las necesidades de los pacientes y la mejora de la atención sanitaria en todas partes”.
El Sr. Catton ha hablado la monitorización de los efectos de la pandemia en las enfermeras por parte del CIE, en particular sobre el reciente informe Recover to Rebuild (Recuperarse para reconstruir), que ha puesto de relieve el coste de la pandemia tanto para las enfermeras individualmente como para la profesión en su conjunto.
Ha comentado su escepticismo sobre la proyección de la OMS que apunta a que la escasez de personal sanitario ascendería a 10 millones en 2010 puesto que la investigación del CIE apunta a que la escasez global de enfermería por sí sola podría ascender a 12 o 13 millones.
Teníamos una escasez de seis millones de enfermeras antes de la pandemia y sabemos que hay casi cinco millones de enfermeras que se van a jubilar en los próximos años, además del efecto COVID. Y también sabemos gracias a nuestro informe que las tasas de abandono e intención de abandonar no dejan de crecer. Por eso soy cauto a la hora de afirmar que la brecha de la escasez va a reducirse a diez millones porque esa no es la tendencia que veo en enfermería. La realidad es que la brecha entre la oferta y la demanda de enfermeras está creciendo y no vemos ningún aumento significativo en la formación de enfermeras en todo el mundo”.
El Sr. Catton ha destacado el peligro de que se logre tener una escasez de personal sanitario de “solo” diez millones - que seguiría siendo enorme - sustituyendo o diluyendo el personal de enfermería y asistencial.
“Los trabajadores sanitarios comunitarios son importantes pero hemos de tener mucho cuidado de no mirar solo las cifras principales y de no intentar reducir las carencias cambiando la combinación de habilidades. No tenemos que realizar cambios fundamentales en la combinación de habilidades ni sustituir a trabajadores de forma inadecuada, ya que estas actuaciones podrían poner a los pacientes en peligro”.
El Sr. Catton ha afirmado que el actual aumento en el número de huelgas y disputas se debe a los sueldos, condiciones laborales e inquietudes en relación con la seguridad del paciente.
“Las enfermeras saben que si hay demasiado poco personal corren el riesgo de agotarse por el efecto que esto tiene en su salud y bienestar pero también ven los cuidados perdidos y el incremento de los incidentes inesperados y la mortalidad. Abordar la escasez para garantizar una dotación de personal segura es esencial para la seguridad del paciente, así como para el bienestar de las enfermeras”.
También ha destacado la persistencia de la percepción dañina y errónea de que la salud es un coste que lastra el crecimiento económico, afirmando que hay que abordarla de frente dado que la evidencia apoya la opinión de que la salud es un factor impulsor y multiplicador del crecimiento económico.
“Hemos de cuestionar esa forma de pensar porque no es correcta: la inversión en salud impulsa claramente el crecimiento económico. La pandemia ha sacado a la luz el enorme coste económico de la debilidad de los sistemas sanitarios y que cuando la salud falla las economías también fallan. Además, hay costes inmediatos a corto plazo para nuestros sistemas sanitarios por no invertir en la fuerza laboral, en particular para combatir las mayores tasas de renovación, bajas y agotamiento, así como los costes adicionales de los trabajadores por agencia y su cobertura.
La salud está en el centro de nuestro ecosistema social. Sin ella, no tenemos estabilidad y prosperidad económica, no tenemos seguridad del paciente y nuestros sistemas sanitarios no están protegidos, tal y como ha revelado la pandemia de forma tan peligrosa. La falta de inversión en atención de salud afecta a todas las capas de nuestra sociedad y a todos los aspectos de nuestra vida. Si realizamos las inversiones adecuadas, daremos pasos enormes hacia los objetivos globales que todos queremos alcanzar. Y si lo hacemos bien en el caso de la enfermería, conseguiremos cambios considerables para la igualdad de género y la vida de las mujeres”.
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