El Consejo Internacional de Enfermeras (CIE) ha estado en estrecho contacto con la Order of Nurses in Lebanon durante la reciente escalada del conflicto en las dos últimas semanas. Hoy, el director general del CIE, Howard Catton, ha hablado con la presidenta de la Orden, Abir Kurdi Alame, quien ha descrito la devastadora situación en el país y cómo se están viendo afectadas las enfermeras.
La presidenta Alame ha dicho que, aunque los profesionales de enfermería del Líbano han recibido formación sobre cómo trabajar en catástrofes y gestionarlas, no estaban preparados para la gran cantidad de víctimas que han presenciado en las últimas semanas, ni para el tipo y el alcance de las lesiones que han visto.
«Nos enfrentamos a un gran número de víctimas en las que el tipo de lesiones era realmente aterrador. Nos enfrentamos a heridas que nunca habíamos visto antes en el Líbano: jóvenes que llegaban sin ojos, con los brazos desgarrados, sin dedos, muchas hemorragias y, sin duda, mucho dolor. Tuvimos que trabajar con más de 2.800 heridos al mismo tiempo y también [ocuparnos] de los fallecidos.
Ahora, lo que es más alarmante es el número de hospitales y de personal de salud que están en el punto de mira, como bomberos, ambulancias y muchos trabajadores de la salud que están siendo atacados directamente.
Las cifras aumentan cada día. Tenemos cuatro enfermeras fallecidas, muchos más gravemente heridos, y muchos arriesgan ahora su vida para ir a trabajar: temen por sus vidas. Al fin y al cabo, todos somos seres humanos, y también temen por sus familias.
Ahora trabajamos con un mínimo de personal de enfermería en estas zonas. Más del 40% de los hospitales se encuentran ahora en zonas peligrosas, y 11 fueron atacados directamente. Estamos obligados a operar, pero en situaciones muy peligrosas: imagínense el efecto físico y mental de estar inseguro, de ser un objetivo, y al mismo tiempo tienes la obligación de estar allí para al menos rescatar a quien tengas que rescatar».
La presidenta Alame dijo que de los 11 hospitales que fueron blanco de los ataques, dos ya no funcionan en absoluto, y los demás han reducido sus instalaciones y han perdido la capacidad de llevar a cabo operaciones: de hecho, sólo funcionan con carácter de urgencia. Dijo que a algunos de los hospitales atacados se les dio un aviso de 30 minutos para que evacuaran, pero que ninguno de ellos debería haber sido atacado porque no estaban haciendo otra cosa que prestar asistencia médica.
El Sr. Catton expresó su profunda preocupación por el hecho de que no se respete ni aplique el Derecho Internacional Humanitario (DIH), y señaló que el CIE ha informado de que en los últimos dos años ha aumentado el número de ataques contra instalaciones sanitarias en zonas de conflicto de todo el mundo. Preguntó a la presidenta Alame si esta normalización de los ataques estaba provocando una pérdida de confianza en el derecho internacional.
La presidenta Alame respondió: «Sí, se trata de una preocupación muy importante. He estado hablando con muchos directores de enfermería, y realmente estaban pidiendo a nuestra orden que alzara la voz y dijera que necesitamos estar al menos seguros en nuestras instalaciones para poder prestar los cuidados. Sus enfermeras y enfermeros se están marchando, y no puedo culparles, porque tienen muchas personas a su cargo y sus familias».
El Sr. Catton comentó: «El personal de enfermería me han dicho que pueden sentirse como si se hubiera perdido humanidad, y eso también tiene un gran impacto en su salud mental de».
El personal de enfermería del Líbano trabaja actualmente en primera línea con los heridos, en otros hospitales desbordados por la carga de trabajo, o en situaciones de salud primaria ayudando a los 1,2 millones de desplazados, 300.000 de ellos en refugios improvisados, a los que se enfrenta el Líbano.
La presidenta Alame dijo que la Order of Nurses in Lebanon está trabajando para mejorar la situación de la mano de obra consiguiendo que muchas enfermeras jubiladas vuelvan a trabajar. Y muchos estudiantes de enfermería han interrumpido sus estudios de enfermería para trabajar allí donde se les necesita.
«Nuestro personal de enfermería está desbordado. Estamos agotando a todas nuestras enfermeras, pero creo que están ahí por las demás. Estamos ahí para que nuestra gente preste la mejor atención sanitaria que podamos. Como siempre, son el personal de enfermería quien lo hace».
El Sr. Catton dijo que el CIE calcula que más de 1.000 profesionales de enfermería y otros trabajadores de la salud han muerto en zonas de conflicto en los últimos dos o tres años. Preguntó a la presidenta Alame cómo estaban afrontando las enfermeras las trágicas muertes de sus colegas.
La presidenta Alame dijo que en el Líbano la cifra está aumentando: «Tenemos más de 120 trabajadores de la salud martirizados, tenemos más de 230 heridos. Tenemos 11 hospitales directamente atacados, ambulancias, camiones de bomberos. Si nos quedamos sin herramientas, si nos quedamos sin nuestros hospitales o instituciones, ¿cómo podemos prestar una asistencia de calidad?
Tememos que esta situación se agrave. Tememos que nuestros centros de salud sigan estando en el punto de mira. Tememos que perdamos a los profesionales de enfermería que nos quedan, nos preocupa que disminuyan las matrículas en la profesión de enfermería, viendo todas estas dificultades a las que se enfrentan.
Espero que esta situación termine: la paz es realmente necesaria. Las soluciones políticas o de otro tipo son las mejores para resolver cualquier cosa. Acabemos con la guerra. Acabemos con cualquier tipo de violencia. Respetemos todas las leyes internacionales. Apeguémonos a la humanidad.
Tenemos que trabajar por un futuro mejor, con mejor salud para todos. La paz es necesaria para todos, para todos los países, para todas las naciones. Consigamos salud para todos y una situación pacífica.
Al final del debate, Catton transmitió los mejores deseos de los profesionales de enfermería del mundo a sus colegas del Líbano.
«Permítanme, por favor, expresar, en nombre de todos los profesionales de enfermería del CIE de todo el mundo, nuestro más sentido pésame y nuestras condolencias por la pérdida que han sufrido y honrar el sacrificio que han hecho el personal de enfermería y los trabajadores de la salud que han muerto.
Está claro que el personal de enfermería y de salud están pagando el precio más alto por el fracaso político a la hora de mantener y restaurar la paz. Necesitamos urgentemente una solución diplomática para la paz y un acuerdo de paz».
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