Autores: Malene Kildemand, enfermera clínica especialista, y Sisse Skaarup, RN
En febrero de 2020, el Hospital Universitario Odense en Dinamarca puso en marcha un nuevo servicio denominado Clínica Ambulatoria Conjunta. Uno de sus cometidos era responsabilizarse de la implementación del suministro de antibióticos a través de bombas de infusión portátiles programables (BIPP). Con la llegada de la COVID-19, tuvo que acelerar su trabajo.
La dirección del hospital decidió que era necesario suministrar más tratamientos por vía intravenosa a través de BIPP con el fin de liberar más tiempo de enfermería para dedicarlo a otras situaciones de mayor necesidad. También permitiría liberar más camas de hospital puesto que los pacientes podrían finalizar el tratamiento en sus casas. Así se incrementaría su calidad de vida al estar más tiempo en casa en lugar de en el hospital.
Las BIPP ya llevan más tiempo utilizándose, por ejemplo, en el tratamiento del cáncer. Con la hospitalización de más pacientes por la COVID-19, la Clínica Ambulatoria Conjunta se puso a trabajar con la farmacia del hospital, que suministra los antibióticos mezclados previamente para su uso con estas bombas. Gracias a la formación y orientación recibidas, las enfermeras de diez servicios distintos del Hospital Universitario Odense han podido implementar su utilización. Algunos pacientes también han recibido formación para manejarlas ellos mismos. La capacitación de las enfermeras y los pacientes permite que estos se sientan seguros para recibir el tratamiento en casa.
El uso de BIPP dentro y fuera del hospital elimina el tiempo dedicado a mezclar medicamentos y a conectar al paciente a la bomba, lo cual libera tiempo de las enfermeras para cuidar de pacientes con COVID-19. Durante los primeros siete meses, 360 pacientes han recibido tratamiento con antibióticos a través de BIPP. La Clínica ha establecido recientemente una colaboración con el departamento de emergencias que permite que los pacientes pueden comenzar a recibir antibióticos por vía intravenosa inmediatamente antes de ser trasladados a otro servicio o dados de alta para recibir el tratamiento mediante BIPP en sus casas.
Para acomodar el cuidado de los pacientes con tratamiento en casa mediante estas bombas, la unidad está trabajando con enfermeras de atención a domicilio en la comunidad local, que han recibido orientación al respecto, así como en las residencias de mayores y las casas de rehabilitación. Durante los primeros dos meses de esta colaboración, nueve pacientes han recibido tratamiento en sus casas gracias a enfermeras de atención a domicilio durante 23 días.
A las enfermeras se les asegura que los pacientes se sienten seguros y satisfechos recibiendo esta modalidad de tratamiento. Gracias a las elevadas tasas de cumplimiento y seguridad del personal de enfermería y los pacientes en relación con el uso de BIPP, es posible dar el alta a más pacientes del hospital suministrándoles antibióticos posteriormente mediante estas bombas y todo ello aumenta su calidad de vida a la par que permite reducir costes.
Por ejemplo, un paciente ha podido irse de vacaciones a una casa de campo en Dinamarca. Las enfermeras le han proporcionado el medicamento para una semana con la confianza de que él podría suministrárselo mediante la bomba. El servicio de tratamiento se ha puesto en contacto con un hospital cercano para que le ayude si surge algún problema como la introducción del catéter subcutáneo.
En el futuro está previsto implementar BIPP en todo el hospital con el fin de que todos los departamentos puedan ofrecerlas. El objetivo es facilitar más tratamientos a domicilio y poner a disposición más camas de hospital y recursos de enfermería mejorando así la calidad de vida de los pacientes.